[Opinión] La hidratación en tiempos de pandemia

La hidratación en tiempos de pandemia

Sabemos que el equilibrio cuerpo y mente es necesario para poseer un estado de salud óptimo, permitiéndonos, de esta forma, responder eficientemente a las diferentes exigencias de nuestro entorno.  A través del proceso de alimentación, obtenemos los nutrientes que nuestro cuerpo requiere para llevar a cabo las actividades diarias, rutina que ha sido modificada por la contingencia sanitaria y que nos reta a un desafío como humanidad. En estas condiciones, es vital contar con un estado nutritivo que refuerce nuestra inmunidad para que enfrente de buena forma esta injuria llamada COVID – 19, siendo por tanto fundamental que la población posea un adecuado y seguro acceso a la alimentación y, asimismo, de acuerdo a diferentes condicionantes, cada familia pueda organizar y decidir cómo hacerlo, permitiendo por tanto a partir de este acto cotidiano cuidarnos y colaborar en enfrentar esta crisis.

Uno de los nutrientes que ha tomado relevancia es el agua. Descrito como el elixir de la vida, es el mayor componente corporal y, por ende, cumple funciones esenciales tales como permitir el transporte de diversas sustancias, eliminar productos de desecho metabólicos y regular la temperatura corporal.

El COVID – 19 presenta una serie de posibles síntomas, entre éstos la fiebre, la cual según su gravedad incide en una pérdida importante de líquidos. Sólo por la sudoración una persona adulta con 39°C de temperatura puede eliminar casi 1 litro de líquidos diario, lo cual se ve incrementado en caso de padecer de síntomas como diarrea que, sumado a la disminución del apetito, puede conllevar a una importante pérdida de peso.

Es por esto que, según la gravedad con que el COVID-19, se presente y de acuerdo al tratamiento indicado en la etapa de recuperación, es necesaria una ingesta constante de agua y asimismo estar atentos a la aparición de signos de alarma de deshidratación, tales como la disminución en el volumen de orina y cambio de su coloración (oscura).

En este sentido, no hay que esperar a sentir sed para beber líquidos; se debe realizar en forma constante, por cada hora en volúmenes según tolerancia, para reponer las pérdidas y colaborar en diluir las secreciones respiratorias para su adecuada eliminación. Los líquidos a beber deben estar a fácil disposición, pudiendo poseer sabores distintos con el fin de estimular su ingesta y que incluso a través de preparaciones como sopas, implique aporte de otros nutrientes. Por otro lado, existen diversas soluciones de rehidratación oral para su tratamiento, así como también formas caseras de preparación, que tienen por objetivo reestablecer los niveles corporales, normalidad que se puede evidenciar a través por ejemplo de un ritmo de diuresis cada 3 a 4 horas, coloración clara de la orina, entre otros signos.

Lo importante es seguir las indicaciones que el cuerpo médico entregue, ya que se adaptan a las condiciones de cada persona y contar con suministro de agua para toda la población, lo cual es un derecho que eleva aún más su relevancia en estos tiempos y que el estado debe garantizar.

Juan Pablo Amaya Placencia

Nutricionista

Departamento Salud Pública

Facultad de Medicina

UCSC

 


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