Todo lo que debes saber en el Día Mundial del Huevo

En el Día Mundial del Huevo, queremos despejar algunas dudas y resolver ciertos mitos que han acompañado a este noble alimento:

  1. Su consumo ha sido asociado constantemente a enfermedades cardiovasculares (ECV) y el aumento del colesterol plasmático, sobre todo en diabéticos. Sin embargo, investigaciones recientes indican que la ingesta moderada de huevo (1 huevo al día) no aumenta el riesgo de ECV o mortalidad entre aquellos con o sin antecedentes de ECV o diabetes. 

    De tal manera que no existe una asociación significativa entre la ingesta de huevo o el colesterol dietético y los lípidos en sangre.
  2. La calidad y biodisponibilidad de la proteína del huevo, lo convierte en una buena fuente de nutrientes. Una de las principales funciones de la proteína es la construcción y mantenimiento de tejidos, como el caso de los músculos.

Por ello es un alimento recomendado durante la etapa de crecimiento en la infancia, para contrarrestar la disminución de la masa muscular en personas mayores y para deportistas.

  1. Todas las grasas del huevo se encuentran en la yema, donde encontramos un alto contenido de ácido oleico, el cual ejerce una acción beneficiosa reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y hepáticas. Además, el huevo aporte grandes cantidades de vitaminas y minerales, contribuyendo a cubrir gran parte de las necesidades diarias de nutrientes.
  2. La acción de los fitoquímicos contenidos en el huevo, ayuda a proteger a nuestro organismo de procesos degenerativos, como el cáncer o la diabetes.

 

El huevo es un alimento muy versátil, que se puede comer solo o como parte de diversas preparaciones debido a sus múltiples características como emulsionante, aglutinante, espesante, esponjante, entre otras.

Para una correcta conservación y uso, te aconsejamos lo siguiente:

  • La cáscara de los huevos está cubierta por una película que actúa de barrera protectora, por lo cual no es aconsejable lavarlos para guardarlos.
  • Deben desecharse los huevos rotos (que tienen rotas la cáscara y las membranas). Aquellos que presenten fisuras en la cáscara o restos de suciedad, deben ser consumidos bien cocidos y lo antes posible.
  • Se pueden cepillar antes de guardar, a la hora de prepararlos y consumirlos. También se pueden lavar, pero sólo previo al momento de cocinarlos.
  • Una vez comprados, deben ser almacenados y conservados en el refrigerador tan pronto como sea posible.
  • Los huevos se conservan mejor en su propio envase, ya que evita que absorban olores de otros alimentos, y los protege de los cambios de temperatura. Además, el envase contiene información útil para el consumidor relacionada con la seguridad alimentaria y la trazabilidad (fecha de consumo preferente, centro de embalaje, empresa comercializadora y oros datos importantes).

 

Fotografía portada: freepik.es


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