Adultos como guías de la autonomía de niños y niñas
Adultos como guías de la autonomía de niños y niñas
Existen numerosas situaciones cotidianas en la cual los acontecimientos no son como esperamos, todo ser humano necesita aprender habilidades que le faciliten la adaptación a su entorno, que guíen su transitar con la finalidad de tomar decisiones y asumir responsabilidades. En ese sentido, es esencial que los adultos promuevan en los niños y niñas la exploración de alternativas y la tolerancia a la frustración. Se plantea que las personas que manejan adecuadamente sus reacciones emocionales y saben relacionarse con las emociones de los demás, gozan de una situación ventajosa en los diferentes ámbitos de la vida.
Los niños y niñas desean conseguir lo que les agrada ¿Es un problema? No necesariamente, es más, son los cuidadores quienes deben conocer las ilusiones y deseos de sus hijos e hijas, con la finalidad de ajustar sus expectativas a realidad, decidiendo cuáles de esos deseos se puede conceder, postergar o derogar. Para ello, es indispensable desarrollar estrategias orientadas a que los niños conozcan sus recursos, acepten sus posibilidades y limitaciones, a través del desarrollo del autocontrol y la tolerancia a la frustración.
La tolerancia a la frustración hace alusión a la capacidad de esperar con paciencia y calma, mientras se cumple lo que se desea, a pesar de no obtener respuestas positivas sobre el resultado. Cabe mencionar, que no implica renunciar o aceptar pasivamente los eventos, si no que a pesar de que no se consiguen los objetivos y, se desea cambiar la situación, existe la habilidad de aceptar la incomodidad de la emoción que genera la situación. De una experiencia frustrante se puede salir fortalecido y empoderado o, por el contrario, desesperado y enojado.
Para fomentar el autocontrol en los niños y niñas, es decir, el dominio de sí mismos, primero los padres y madres deben ejercer un control externo, que suele generar frustración e ira en diferentes intensidades en sus hijos. El cuidador tiene la responsabilidad de establecer límites, es decir, de organizar la realidad del niño con la finalidad de promover su habilidad de entenderla, construirla, afrontarla y aceptarla, sin embargo, a medida que el niño o niña va creciendo va adquiriendo cierto control sobre diferentes ámbitos de su vida, desea tomar decisiones y puede hacerlo bajo la supervisión de un adulto, a través de la negociación y la participación desde el beneficio mutuo.
Cabe mencionar, que una baja tolerancia a la frustración se encuentra relacionada con:
- Conductas de postergación en la realización de tareas y objetivos.
- Agresividad.
- Falta de empatía, habilidades sociales y asertividad.
La labor de los cuidadores es ejercitar y entrenar el desarrollo del autocontrol y la tolerancia a la frustración en los niños y niñas, a través de la:
- Escucha activa: Los niños o niñas no quieren soluciones, quieren que se les escuche y entienda, quieren que se les ayude a controlar sus emociones. Por eso, hay que acompañarlos a identificar su emoción, de enfado, tristeza, agobio, con la finalidad de que logre entenderse, aceptarse y actuar de acuerdo con lo que necesita.
- Explorar alternativas: Preguntarle, ¿Qué se te ocurre que puedes hacer? Ayudarle a generar diferentes opciones para responder a una situación, sugiriendo, añadiendo y regulando.
- Ayudar a evaluar las consecuencias: De las diferentes alternativas, identificar las ventajas e inconvenientes de cada opción, las consecuencias a corto y largo plazo. Es importante no imponer o juzgar, siempre escuchar desde la empatía.
- Ayudar a escoger una alternativa: Motiva a que elija una opción. Si tu hijo o hija no sabe qué hacer, plantéale “Yo que tú lo que haría sería…, pero ya me contarás”. También es posible confrontar “Haciendo esto, realmente ¿qué consigues?, ¿crees que te sentirás mejor?.
La función del adulto es acompañar el proceso gradual de autonomía, desde el control externo al autocontrol, respetando los ritmos de cada niño y niña, aportando la información necesaria y atendiendo sus necesidades en el plano emocional. Respetando sus decisiones y confiando en sus capacidades.
Carolina Alvear Fernández – Sophia Bugeño
Estudiantes Psicología en Práctica en Centro de Vida Saludable UdeC
Referencias:
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